Nunca tuvo hijos, pero nadie dudó de que el dibujante argentino Joaquín Salvador Lavado, conocido como "Quino" y que fallecido este miércoles a los 88 años, tuvo su mejor descendencia en Mafalda, la pequeña y contestataria luchadora social en la que se inmortalizó para siempre para hacer pensar al mundo.
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Considerado con creces uno de los mayores iconos de Argentina dentro y fuera de sus fronteras, el autor, nacido en Mendoza en 1932, consiguió hacer de su mayor obra, una niña amante de los Beatles, la democracia, los derechos de los niños y la paz, y detractora de la sopa, la guerra y James Bond, un símbolo eterno.
"Cuando me dicen, 'gracias por todo lo que nos diste' digo, '¿qué les di?'", expresó el dibujante en una entrevista con Efe en 2016, en la que, consultado sobre cuál es el poso que le gustaría dejar entre sus seguidores, no le costó reconocer que el de alguien "que hizo pensar a la gente las cosas que pasan".
Poseedor de multitud de galardones, como el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades y la Medalla de la Orden y las Letras de Francia, Quino nació el mismo año en el que sus padres españoles emigraron a Argentina, y ya en plena adolescencia comenzó a estudiar dibujo en la Escuela de Bellas Artes mendocina.
Sin embargo, cuatro años después, decidió abandonarlo por el mundo gráfico y la historieta. Y ya no había marcha atrás en su destino. Por entonces Joaquín ya era "Quino", un apodo con el que poder diferenciarse de los muchos "Joaquines" que ya había en su familia, entre ellos su tío, quien le despertó la pasión por la ilustración.
En la capital argentina expuso por primera vez en 1962, mientras que un año después publicó su primer libro, "Mundo Quino", una recopilación de dibujos editados hasta el momento en revistas de la época.
Y fue precisamente un encargo publicitario el que le cambió la vida: Una nueva línea de electrodomésticos llamada Mansfield estaba destinada a ser promocionada con un personaje que comenzara con "M", que finalmente no llegó a publicarse por el fracaso de la marca.
Las aventuras de la pequeña, así como la de sus amigos Manolito, Susanita y Felipe, alcanzó el éxito de 1964 a 1973.
Lejos de meter aquellos frustrados dibujos en un cajón, Quino los rescató para sus siguientes trabajos en prensa. Es así que "Mafalda" apareció por primera vez en "Gregorio", el suplemento de humor de la revista "Leoplán".